Predijo con gran precisión en sus relatos fantásticos la aparición de algunos de los productos generados por el avance tecnológico del siglo XX:
Algunas coincidencias específicas en la novela “de la tierra a la luna”:
POWERPOINT SOBRE SU VIDA, OBRA Y CURIOSIDADES http://anejassextob.files.wordpress.com/2009/08/julio-verne.ppt
Julio Verne, un hombre misterioso, también fue pródigo en estos "adelantos al tiempo". Profetizó Ingenios como el helicóptero, las bombas de fragmentación, el cine sonoro o los rascacielos. Esto es conocido popularmente. Sin embargo, hay otros datos que, por su exactitud, estremecen. Durante años los ha estudiado pacientemente el periodista y sociólogo Gregorio Doval, llegando a conclusiones asombrosas. El ejemplo clave de anticipación lo desarrolla Verne en su obra De la Tierra a la Luna, escrita en 1865. En ella, el francés llama Columbiad al proyectil con humanos dirigido a Selene. Ciento cuatro años después el módulo de la nave Apolo que completara la misión real llevaba el nombre de Columbia, con un peso muy similar al ideado por el escritor. La vigilancia del viaje del proyectil se realiza en la novela desde una imaginario telescopio gigante, con lente de cinco metros de diámetro, situado en las Montañas Rocosas. Dimensiones y ubicación real del gran radiotelescopio de Monte Palomar.
El viaje en la obra de Verne se realiza a una velocidad de 40.000 km/h., consumándose el trayecto en 97 horas. En la realidad el Apolo XI viajó a 38.500 km/h y la singladura requirió 102 horas. Al reagreso, la nave real amerizó en un punto concreto del Océano Pacífico, lugar que distaba tan solo cuatro kilómetros del imaginado por Verne un siglo antes.
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